Especialista pide a entidades que apoyen a institución. Alumnos de Derecho realizaron visita al local que se ubica en el sector oeste de Piura.
Por Tania Elías. 24 junio, 2015.Los adolescentes del Centro Juvenil Almirante Miguel Grau deben ser ayudados para lograr su reinserción en la sociedad, señaló la doctora Rosario de la Fuente Hontañón, luego de una visita realizada con los alumnos del curso Amparo Familiar, de la Facultad de Derecho de la UDEP, al local que alberga a más de cien jóvenes.
“Lo importante es ayudarles a verse con esa dignidad que tienen. Han cometido una equivocación pero es posible que salgan adelante”, dijo, al recordar que quienes viven en este centro tienen un tratamiento distinto a los delincuentes. Son infractores a la ley penal pero su régimen es distinto al de los mayores de edad, que van a la cárcel previa investigación.
“En su caso, si hay violación o robo agravado, la última medida es el internamiento – previa investigación; otras acciones que se agotan son la amonestación, incluyendo a sus padres o trabajos de apoyo a la comunidad, las llamadas medidas socioeducativas. La idea para estos menores es reinsertarlos en la sociedad”, enfatizó la jurista.
En la visita, los 25 universitarios conversaron con un grupo de 40 infractores. Les contaron su experiencia como estudiantes y las limitaciones que sus padres superaron para sacarlos adelante. Además, dijeron a los menores que si bien han cometido un error, pueden salir adelante.
En esta actividad, cuyo tema de fondo es “Una mirada al futuro”, los adolescentes de la institución recibieron balones de vóley y fútbol, y estampas de san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador de la UDEP.
La Dra. de la Fuente destacó la importancia de que el Centro Juvenil brinde asesoría espiritual. “San Josemaría decía que todos somos capaces de cometer los mayores horrores y errores pero también está la misericordia divina. Algunos chicos nos decían: ‘yo rezo’. Es un tema importante; y encontrarse con un santo les puede ayudar a esa lucha que tengan para portarse bien. Si nosotros, que estamos libres, caemos y pecamos, ellos que tienen deficiencias familiares necesitan un apoyo espiritual mayor”, refirió la docente.
A partir de la Convención de los Derechos del Niño, que el Perú suscribió en 1990, los menores han pasado de ser objetos de tutela a sujetos de derecho. “Por lo tanto, hay que tratarlos como persona. Es un tiempo en el que van a estar privados por un internamiento. Lo máximo son 6 años. En caso no se retracten pasarían a un penal”, precisó la especialista.
Señaló que es importante que otras entidades apoyen a los jóvenes del centro ya que mientras vean que hay interés por ellos, podrán sentir que valen, pues “una persona vale mucho aunque haya cometido un error”.